Puesto que las naves espaciales, satélites y sondas espaciales son sistemas únicos, el sistema final de vuelo espacial es también un prototipo. Para asegurar el buen funcionamiento del satélite después de su lanzamiento, todos ellos deben pasar por diferentes pruebas ambientales. Se trata de una actividad de riesgo.
Si un satélite está diseñado estructuralmente para soportar cargas en el despegue, es importante que los tests de cualificación (ya sean de shock pirotécnico, vibración o acústicos) no sobrepasen las especificaciones del satélite. Esto podría causar fallos de componentes o, lo que es peor, una explosión durante el lanzamiento. De ahí la importancia de controlar las campañas de ensayos para reducir ese riesgo.
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